sábado, 20 de junio de 2009

Música y mente

LA MÚSICA ES UNA TECNOLOGÍA NO UNA ADAPTACIÓN.

La música, según defiende Pinker, con el que estoy muy de acuerdo, pide prestado algo del software mental al lenguaje, y al igual que los lenguajes del mundo se ajustan a una Gramática Universal abstracta, los idiomas musicales del mundose ajustan a una Gramática Musical Universal abstracta. El primero en defender tal tesis e intentar aplicar las ideas de Noam Chomsky a la música fue Leonard Bernstein aunque otros muchos musicólogos han seguido su estela. según esta teoría, la música está construida a partir de un inventario de notas y un conjunto de reglas. Las reglas ensamblan notas en una secuencia organizada.
Las notas se diferencian en función de lo estable que resultan para quien las escucha. Algunas dan una sensación de finalidad o asentamiento y son colofones adecuados para una composición. Otras se perciben como inestables y, al ser interpretadas el oyente experimenta una tensión que se resuelve cuando la pieza regresa a una nota más estable.
Los tonos son notas ordenadas de altos hasta bajos; su importancia musical no puede definirse en términos absolutos, sino por medio del intervalo entre él y un tono de referencia, por lo general, el más estable en el conjunto disponible (el dominante). Cuando el objeto (cuerda punteada, percusión en un objeto hueco) es colocado en una vibración sustancial, el objeto vibra en varias frecuencias al mismo tiempo. La frecuencia más baja determina generalmente el tono que escuchamos. Estas vibraciones reciben el nombre de armónicos y no son percibidos como tonos distintos del fundamental, pero cuando se escuchan todos juntos dan a una nota toda su riqueza o timbre.
Imaginemos que desmontamos un tono complejo e interpretamos cada uno de sus armónicos por separado y al mismo volumen. Si la frecuencia fundamental es de 64 vibraciones por segundo, el segundo Do por debajo del Do central en el piano. El primer armónico es una vibración de 128 ciclos por segundo, dos veces la frecuencia fundamental. El intervalo entre las dos notas se denomina octava.
El segundo armónico vibra a tres veces la frecuencia fundamental, 192 veces por segundo y corresponde al Sol por debajo del Do central; el intervalo entre los tonos se denomina quinta perfecta. El tercer armónico que vibra a 256 vibraciones por segundo está a dos octavas del Do central. el cuarto armónico que vibra a 320 vibraciones por segundo es el Mi por encima del Do central, separado de esta nota por un intervalo denominado tercera mayor.
Estos tres intervalos tonales constituyen el corazón del inventario tonal de la música occidental y de muchos otros idiomas musicales. la nota más estable y baja se denomina tónica, y la mayoría de las melodías tienden a retornar a ella y concluir en esta nota, dejando en el oyente un sentido de reposo. La quinta perfecta o nota Sol se conoce como dominante y las melodías tienden a desplazarse hacia esta nota y hacer una pausa una vez la han alcanzado durante los puntos intermedios de la melodía. La tercera mayor o Mi deja en quien la escucha una sensación de brillantez agradable o alegría. Pongamos un ejemplo: en el “Rock around the clock” de Bill Haley empieza con la tónica: “on o'clock, two o'clock...” avanza hacia la tercera mayor “four o'clock...” va a la dominante “seven o'clock..” y se queda ahí durante varios compases antes de llegar a las estrofas principales, cada una de las cuales termina a su vez en la tónica.
Los inventarios más complicados de tonos se llenan añadiendo notas a la tónica y a la dominante. El séptimo armónico de la nota que usamos como referencia, 448 vibraciones por segundo se aproxima al La medio. El noveno armónico, 576 vibraciones por segundo es el Re en la octava por encima del Do medio. si ponemos los cinco tonos juntos en la misma octava tendremos la escala pentatónica común en los sistemas musicales de todo el mundo. Si añadimos los tonos de loa dos armónicos siguientes distintos (Fa y Si), se obtiene la escala de siete tonos o diatónica que constituye el núcleo de la música occidental. Añadiendo armónicos adicionales se obtiene la escala cromática, es decir la de las teclas negras y blancas de un piano. por ejemplo en muchos contextos musicales el Si quiere ascender a Do, el Fa quiere ser llevado a un Mi, y un La quiere ir al Sol. En la escala en Do mayor, si un Mi disminuye su tonalidad en medio tono a un Mi bemol, formando un intervalo en relación con el Do denominado tercera menor, entonces tiende a evocar un sentimiento de tristeza, dolor o pathos. la séptima menor es otra nota triste que evoca una amable melancolía.
El musicólogo Deryck Cooke2 elaboró una teoría de la semántica musical. En ella demostró como la música transmite tensión y resolución por medio de transiciones a través de intervalos estables e inestables, y transmite alegría o pesar mediante transiciones a través de intervalos mayores y menores. Los análisis de Cooke pueden ser debatibles, pero su principal idea: que existen relaciones valiosas entre los modelos de intervalos y los modelos de emoción, es acertada. Si la música no confiere ninguna ventaja de cara a la supervivencia ¿cual es su finalidad? Según Pinker, “la música es como un exquisito dulce preparado para deleitar los puntos sensibles de por lo menos seis de nuestras facultades mentales”(más adelante veremos cuales son esas seis facultades mentales, siempre que os interese)

1 comentario:

Kiko Mora dijo...

Sí. Hablaremos de Deryk Cooke más detenidamente. No conozco la traducción en castellano del libro pero si tienes la referencia me la pasas, ¿vale?. ¿Cuál es el libro de Pinker? A ese payo no lo conozco pero quiero conocerlo.
Sólo una cuestión de momento. Si existe, como afirma Cooke, una analogía entre determinadas estructuras tonales musicales y las estructuras de las emociones correlativas, algo que por otra parte ya se pensaba en la época de Platón, eso supone asumir una teoría técnica del arte que se diferencia muy poco de la teoría del arte como teoría de lo bello, tan trabajada durante los siglos XVIII y XIX. Asumiendo que existen determinados patrones musicales que suscitan una emoción y siempre la misma, no veo en qué puede diferenciarse lo que es arte de lo que es artesanía. Esa forma de ver las cosas coloca al arte como una artesanía más. El artista conoce su oficio y aplica una serie de recetas prescritas de antemano para excitar justo la emoción que quiere excitar. Que quiero hacerme unas botas de montaña, pues aplico las técnicas correspondientes. Que quiero hacer una música bella, pues lo mismo. Que quiero una música que nos ponga tristes, pues lo mismo.
Eso hace que la teoría del arte se convierta en una teoría normativa, lo que está muy lejos de ser verdad.
Ahora bien, yo creo que Cooke está tratando la música como una forma de comunicación y no de arte. Es claro que el arte es comunicación, pero no es eso lo que lo convierte en arte.
Y, con respecto a la semántica musical, bueno, tengo mis dudas. Tengo mis dudas al respecto de que la música sea primordialmente lenguaje y de que, si lo es, se maneje con la mentalidad de la gramática generativa. No es que no me guste Chomsky, al contrario. Pero es muy difícil hablar de lenguaje musical sin que la palabra "lenguaje" no nos arrastre hacia la manera de enfocar el lenguaje verbal. Y eso es un peligro. Seguimos hablando, hermano.