miércoles, 1 de abril de 2009

Nucleares (publicado en El País Semanal el 23/4/2009)

Recuerdo aquel grupo de los 80, Aviador Dro, que publicaban con descaro su adhesión a la energía nuclear. Toda mi generación lo escuchamos con desconfianza, pues en aquel momento el debate sobre la energía atómica se decantaba claramente a favor del NO. Era el momento de los ecologistas alemanes parando los llamados “trenes de la muerte” cargados con residuos nucleares, que para envidia de mi generación llegaron a tocar el poder político. Era el momento de Greenpeace, de Chernobil, incluso recuerdo haber leído un cómic titulado “Asterix y las nucleares” donde mi admirado héroe galo se liaba a mamporros con romanos defensores de las centrales nucleares.
Aviador Dro representaba la modernidad, pioneros en la utilización de elementos electrónicos en su música, dependían de tomas de corriente para poder tocar. Nosotros éramos irreductibles galos que tocábamos instrumentos acústicos y no veíamos ninguna necesidad en defender algo tan políticamente incorrecto como la energía nuclear. Por supuesto no sabíamos nada de “cambios climáticos” y propagábamos a los cuatro vientos a bordo de nuestro Seat 127, sin catalizador ni elementos reciclables, nuestra adhesión a las energías renovables.
¿Por qué tanto odio a lo nuclear? Para empezar no nos parecía natural, y lo concebíamos como extraño (sobrenatural) acostumbrados como estábamos a quemar carbón y petróleo y al magnífico espectáculo de las centrales térmicas que al fin y al cabo no guardan el veneno en su interior y lo esparcen “inocuamente” por la atmosfera. Lo extraño siempre da miedo, desconfianza.
Teníamos una visión equivocada de la relación entre el contenido y el continente, pues creíamos mucho peor tener residuos contaminantes controlados en un recipiente que flotando libremente por el aire.
También pensábamos, y muchos siguen pensando, que los Pirineos son la mejor defensa contra un escape radioactivo ya que nuestros vecinos franceses tienen instaladas 59 centrales nucleares y aquí a nadie parece importarle.
Nos dio un miedo terrible, y con razón, el accidente de Chernobil, murieron 4000 personas por culpa de la negligencia de los políticos soviéticos. Aquí cuando se hacían encuestas sobre muertos en accidentes de carretera la gente estimaba la cifra anual en unas 800 personas; la realidad es que eran más de 4000.
Si tenemos en cuenta que el nivel de emisiones de CO2 a la atmosfera es insostenible y que la eficacia de las energías renovables todavía no puede paliar el consumo energético del mundo; ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a renunciar a nuestra cuota energética? En este momento de la historia del desarrollo tecnológico humano, no hay otra solución que la energía nuclear. No creo que cambiando bombillas lo consigamos.
¿Qué fue de Aviador Dro? Ahora ya sé por que no triunfaron. No era su momento.

3 comentarios:

Gonzalo NC dijo...

Hola Gonzalo,
siempre pensé que lo de Aviador Dro era sólo por provocar, bien canten a lo nuclear, bien aquello de "la única solución es la violencia". Yo, que era de otro palo, recuerdo haber canturreado sus canciones para provocar a los bienpensantes del momento.
Me considero antinuclear, pero no a la antigua usanza. Veamos, la energía nuclear tiene su lado positivo. Pero no creo aconsejable su crecimiento debido al peligro ocasionado por el almacenamiento de sus residuos (cuyo reciclaje y reutilización, amén de carísimo, no es muy viable hoy por hoy). Y hoy en día no podemos renunciar a esa energía sin más. Sin embargo sí que creo necesario que se disponga a nivel mundial de un programa que vaya reduciendo nuestra dependencia de la energía nuclear y su sustitución por otras fuentes de energías menos agresivas o que planteen menos interrogantes sobre el futuro, en vez de continuar ampliando centrales nucleares que lo único que van a hacer es crearnos mayor dependencia de la energía nuclear cada vez hasta hacer insostenible la gestión de sus residuos y dificultando cualquier posible cambio de modelo energético. Cuanto menos dependencia mejor.
En cuanto a Aviador Dro, hoy habrían cantado la beldad de las emisiones de CO2 y tal vez yo las hubiera canturreado por lo bajini, loco por incordiar.
Un abrazo
Gonzalo N C.

Gonzalo Cifuentes dijo...

Aviador Do era consciente de que sus sntetizadores dependían de la energía eléctrica; siempre proclamó su "modernidad" y su gusto por el espectáculo de la energía nuclear. No croe que sea lo mejor en potencia, pero si lo único factible en acto. Nuestra dependencia energética va a aumentar en los próximos años y no veo otra solución factible. Terminaremos comprando luz a Francia y sus nucleares, ya lo verás..

Lucia dijo...

Hola Gonzalo, soy Lucía.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, lo ideal sería utilizar en un 100% las energías limpias y respetuosas con el medio ambiente, pero eso no es posible por el momento, así que entre la energía térmica que echa sus residuos a la atmósfera, y la energía nuclear, que podemos recoger sus residuos y tratarlos, me quedo con la energía nuclear.